El Triunfo
En el año 2003 Demián Flores realizó una serie de bats de beisbol intervenidos con torno, dichos objetos jugaban con los nombres que se asignan en el juego a los diferentes tipos de batazos, haciendo un eco entre la forma resultante del objeto y el significado de la palabra que da nombre a determinado tipo de golpe a la pelota con el bat. En esa serie se encuentra el origen de los objetos que años después ha realizado en la comunidad de Santa Ana Zegache, con los torneros, talladores y doradores que colaboran en el proyecto de restauración de los retablos de la iglesia del pueblo. Aprovechando las técnicas de los talleres de restauración y la maestría de sus artesanos, Demián ha desarrollado una serie de trabajos que parten de modificar objetos de uso cotidiano en la comunidad de Zegache, tanto de uso doméstico como escobas y molinillos de chocolate, hasta los que se utilizan en las labores del campo como machetes y hachas, pasando por armas rústicas como una resortera y hasta una pistola. Generando híbridos entre estos objetos y las formas y signos de la estética barroca, las cosas ya modificadas e intervenidas y fusionadas se abren a innumerables lecturas. La culminación de este trabajo es presentada en El Triunfo, con una carreta tradicional de las que son jaladas por bueyes y que ha sido ricamente intervenida, convirtiendo los postes de su caja en retruécanos barrocos e incrustando una máscara en su eje, dorando desde sus ruedas hasta el conjunto completo del vehículo.
La carreta entonces se transfigura en altar pagano y móvil, más también en una alegoría de diversas significaciones ya que al bañarla en oro de 23.5 kilates, puede ser tanto la carreta de la fortuna, como un gran espejo que arrastra el reflejo de nuestros tiempos regidos por el dios de la riqueza y la codicia que es el oro o el dinero. La actualidad de la pieza y de la serie en general, radica no sólo en esto, sino que por ejemplo, la ostentación del oro y de los elementos decorativos en armas y joyas, es un rasgo de la cultura del narcotráfico, develada en los objetos y casas que se han incautado a los narcotraficantes.
El Triunfo es un título que Demián toma del poeta Petrarca, cuyo poemario Los Triunfos utiliza la carreta como metáfora y alegoría que además ha generado un sinfín de interpretaciones iconográficas a lo largo de la historia del arte. En México, los frescos de la casa del Dean en Puebla son el ejemplo más depurado de esta inspiración petrarquista. Pero la carreta es también para el artista una evocación de su origen juchiteco y por ello a lo largo de su carrera ha trabajado al menos cinco grabados en los que este vehículo aparece, sirviéndole para sus reflexiones en torno a la identidad, hablando de los contrastes entre lo urbano y lo rural, en este caso representado por la carreta jalada por bueyes. Por último, cabe destacar que la pieza se inserta en un interés válido y actual del arte en torno a los vehículos y que en el arte contemporáneo mexicano nos ha dado memorables piezas como el Citróen recortado de Gabriel Orozco, el VW atomizado de Damián Ortega o los múltiples autos y llantas intervenidos por Betsabé Romero por mencionar tres ejemplos emblemáticos. El año pasado Demián presentó un auto intervenido por gráfica en su exposición Aztlán del Museo Carrillo Gil, ahora lleva su trabajo hacia los vehículos del campo y que aluden a otros tiempos, aunque sigan siendo utilizados en los nuestros en diversos pueblos, lo que habla también de la superposición de realidades que se da en la actualidad. Fernando Gálvez de Aguinaga
Galería Ethra, Londres #54, Col. Juárez, C.P. 06600, México D.F. , México T. (55) 55 14 27 10, Cel. 55 54 03 00 79 ethra@galeriaethra.com
¿Perdido entre tantos correos? Enciende tu hotness con Hotmail