Escena artística de los noventa en el MUAC
Milenio.com
Antes de la resaca, título de la exposición
Escena artística de los noventa en el MUAC
Destacan tres galerías: Temístocles 44, La Quiñonera y La Panadería.
«Rey burro» (1999), obra de Daniel Guzmán Foto: MUAC
Después del sismo de 1985, el ánimo de reconstruir el Distrito Federal permeó en las distintas capas sociales. Fue en esa época cuando en el barrio de La Candelaria, Coyoacán, un par de hermanos de apellido Quiñones abrían las puertas de su casa para dar cabida a la efervescencia juvenil de su tiempo, ansiosa de experimentación artística.
La casa de los Quiñones se convirtió en un espacio comunal,donde lo mismo se escuchaban grupos de rock en español que se realizaban performances, instalaciones y exposiciones alternativas.
De esta manera, el espacio bautizado como La Quiñonera se convertía en uno de los pilares de la incipiente industria cultural mexicana en la década de los noventa.
Antes de la resaca… Una fracción de los noventa en la colección del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), la cual se inaugura este 30 de junio, es una revisión crítica propuesta por la curadora Sol Henaro mediante una exposición colectiva que observa a La Quiñonera, La Panadería y Temístocles 44, como los pilares que configuraron —sin planearlo— la escena del arte contemporáneo actual.
Las piezas son de los acervos del MUAC, Charpenel-Guadalajara, algunos fondos documentales de Arkheia y cuatro obras de distinta procedencia, y la intención es hacer un diagnóstico y un marco crítico de dicho acervo.
“En esos tres espacios había afectividad, complicidad, autoaprendizaje, por eso me enfoqué en los años 90, una década donde la lógica y las instituciones que hoy parecen cotidianas se desarrollaron, así como suceden hechos trascendentes, la fundación del Conaculta y la firma del TLC, entre otros”, señala Henaro.
Momento de transformación
La muestra abarca un periodo de 15 años donde observa que el arte tiende a profesionalizarse; aparecen figuras como la del “curador”; los artistas comienzan a ser más rigurosos y buscan proyectarse de manera local e internacional, así como generan revistas, encuentros académicos, festivales artísticos.
Eduardo Abaroa, Francis Alÿs, Gustavo Artigas, Miguel Calderón, Mónica Castillo, Minerva Cuevas, Daniel Guzmán, Richard Moszka, Gabriel Orozco, Damián Ortega, Rubén Ortíz Torres, Néstor Quiñones, Semefo, Melanie Smith, Sofía Táboas, Diego Toledo. En total 25 artistas, distribuidos en tres salas, donde se podrán observar publicaciones, instalaciones, documentos, video, además de mesas de discusión que se llevarán a cabo a partir de agosto y hasta noviembre.
La parte musical, apunta Henaro, es sustancial para ambientar la repercusión que tuvo el rock por lo que tendrá una réplica de una cabina de Rock 101, la cual funcionará entrevistando a los visitantes y en las mesas de trabajo tendrá a Luis Gerardo Salas, Pacho, Rogelio Villarreal, entre otros.
“Tuve cuidado al poner el subtítulo, es una fracción de los 90, no es un análisis totalitario. Es un momento de transformación y un pretexto para revisar estrategias y mancuernas colectivas que le imprimieron un carácter particular a todo ese desarrollo. Me enfoqué en esos tres espacios y a partir de ahí realicé una especie de cartografía donde se observa la manera en que, finalmente, todos estaban relacionados. Si algo los caracteriza es su asociación colectiva y libre para ocupar lugares no museísticos y entrar a las instituciones, aunque sólo dos de esos grupos (La Panadería y Temístocles 44) supieron leer esas herramientas del mercado y utilizaron los apoyos; La Quiñonera se quedó en algo más orgánico y experimental”, concluye Henaro.
La Quiñonera sigue viva. Hace un par de meses montaron una exposición de Germán Venegas y Alfonso Zárate. Este 9 de julio inaugurará la exposición Espacio Flexible, una muestra colectiva con La Curtiduría (Oaxaca) y la galería Anonymus (Nueva York), con artistas que no tienen ligas formales, contextuales o geográficas.
“La idea es reunir contradicciones y tener una energía propositiva y eco con las salas del MUAC, tratando de recordar aquel espíritu”, apunta Néstor Quiñones.
México • Samuel Mesinas