Llevan al muro vida contemporánea

El Fin al Fin es la exposición que permanecerá durante tres meses en la Casa de la Cultura de Tlacolula
Gina MEJÍA

A través de intervenciones a muro, esculturas y videos, el colectivo Tlacolulocos integrado por Darío Canul (Tlacolula, 1984) y Cosijoeza Cernas García (Tlacolula, 1992), abordan en tema de la violencia en la exposición El Fin al Fin.

Es precisamente en su natal Tlacolula donde los creadores, que se han formado en las clínicas del CEACO muestran parte de su propuesta, que tiene que ver con la violencia en los niveles de poder, así como también relacionan ésta con la vida cotidiana.

Santiago Espinoza de los Monteros indica en el texto de sala que “la propuesta visual de Darío Canul y Cosijoeza Cernas no es sólo una reunión de elementos que puestos en conjunto son ya en sí mismos reveladores, sino que de manera simultánea hace una balanceada mezcla de códigos que, unidos, resultan en un explosivo escenario que retrata puntualmente la vida contemporánea”.

Agrega que en los muros de la Casa de Cultura de Tlacolula, Canul y Cernas recrean escenas donde cada uno de los elementos pintados cobra una especial relevancia.

Darío Canul mencionó que la delincuencia y violencia se ha ido infiltrando poco a poco en su vida cotidiana y “está ahí pero la gente no la quiere ver, a veces es tan evidente y nosotros queremos mostrarla a través del arte contemporáneo”.

En el caso de Cosijoeza Cernas exhibe video, ya que a través cortometrajes muestra la corrupción que existe en el lugar donde vive.
El colectivo ha mostrado su trabajo en distintas ciudades del país, y ha cruzado fronteras presentando su propuesta en Fresno California, pero ahora querían que en su lugar de origen conocieran su obra.

“A toda la juventud se le estigmatiza, si no tienes trabajo, dicen que eres un flojo, y a nosotros se nos ve de cierta forma así, por eso queríamos mostrar lo que hacemos y al mismo tiempo relacionar a la comunidad con el arte contemporáneo”, explicó Darío Canul.
Tlacolulocos surgió a partir de jóvenes dedicados al graffiti y esténcil, sin embargo Canul y Cernas se fueron interesando en lenguajes artísticos que fueran más allá de las calles, y fue así como decidieron seguir explorando.

Los dos iniciaron en talleres en las casas de cultura que existen en el estado, y Darío Canul ganó una beca para estudiar en las clínicas del CEACO y es parte de la primera generación, Cosijoeza Cernas siguió sus pasos y es de la segunda generación.
“El tipo de enseñanza del CEACO nos dio más idea de lo que queríamos, ya que en los talleres oaxaqueños no me sentía bien porque todo era muy tradicional, a veces no iba con mis inquietudes y en la Curtiduría encontramos el espacio adecuado para intercambiar esas ideas, experimentarlas y darles una salida, porque nos enseñaron distintas disciplinas”, mencionó Canul.

Darío y Cosijoeza coincidieron que con los módulos cursados en el CEACO se dieron cuenta que su trabajo tenía más valor, “nuestro discurso se puede plantear de una forma diferente, no sólo dibujando o pintando, nuestro interés comenzó con la pintura, pero poco a poco se fue llevando hacia otro lado, al video o el objeto”.
La exposición estará tres meses en la Casa de la Cultura de Tlacolula, el interés de los artistas es que la comunidad se acerque a la propuesta que exhiben, “muchos acudieron a la inauguración para ver de qué se trataba y se molestaron por lo que vieron, y corrieron la voz y la gente va por morbo y el arte se supone que debe causar un sentimiento”.

“La delincuencia y violencia se ha ido infiltrando poco a poco en su vida cotidiana y “está ahí pero la gente no la quiere ver, a veces es tan evidente y nosotros queremos mostrarla a través del arte contemporáneo” Darío Canul / Integrante del colectivo Tlacolulocos

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